El extremo andaluz, cedido por el Bayern de Múnich, sigue sin incorporarse al grupo por molestias musculares, lo que genera incertidumbre a pocos días del decisivo duelo ante el CD Leganés
El reloj avanza y Bryan Zaragoza sigue sin pisar el césped junto a sus compañeros. En Osasuna ya asumen que, si el extremo andaluz llega al partido frente al CD Leganés, lo hará justo. El atacante, cedido por el Bayern de Múnich, arrastra molestias musculares que lo han apartado de los entrenamientos desde que tuvo que abandonar la concentración de la selección española. Aunque no se trata de una lesión grave, su recuperación avanza más lento de lo esperado, lo que complica su participación este fin de semana.
En Tajonar, el ambiente es de máxima concentración. El partido en Butarque se vive como una auténtica final, no solo por lo que implica en la clasificación con Osasuna a dos puntos del descenso, sino también por la crisis deportiva que atraviesa el equipo. Las últimas jornadas han hecho saltar las alarmas, y sin Zaragoza, la ofensiva pierde uno de sus recursos más desequilibrantes. Vicente Moreno lo sabe y cruza los dedos para tenerlo disponible, aunque sea unos minutos.
Aimar Oroz e Iker Muñoz también en duda, y la presión sube
La lista de lesionados no se detiene ahí. Aimar Oroz continúa recuperándose tras retirarse con molestias ante el Athletic Club, y su regreso todavía no está garantizado. El joven mediapunta es vital para generar juego y conectar con la delantera, algo que Osasuna ha echado en falta en sus últimas presentaciones. Por su parte, Iker Muñoz, con problemas persistentes en un pie desde la caída frente al FC Barcelona, tampoco ha logrado entrenarse con normalidad esta semana.
En estas condiciones, el once que saltará a Butarque sigue siendo una incógnita. Vicente Moreno intenta mantener la calma, pero su futuro también está en el aire. Aunque la directiva lo respalda por ahora, los resultados mandan, y el nombre de Íñigo Pérez, actual entrenador del Rayo Vallecano, gana enteros como posible alternativa a medio plazo. Lo que ocurra ante el Leganés podría cambiar muchas cosas en El Sadar.
Osasuna se la juega en Butarque con la salvación y el proyecto en juego
No hay margen para el error. El encuentro frente al CD Leganés es, sin rodeos, el partido más importante del año para Osasuna. Una victoria permitiría tomar oxígeno, alejarse del descenso y recuperar la confianza de una afición que no ha dejado de empujar. Una derrota, en cambio, significaría hundirse aún más en una crisis deportiva que empieza a salpicarlo todo.
Mientras tanto, el vestuario se aferra a la unidad y al carácter que históricamente ha distinguido al conjunto rojillo. Butarque dictará sentencia en una tarde que puede marcar el rumbo del equipo y del propio Vicente Moreno. Todo está en juego, y el tiempo para reaccionar se agota.
