El restaurante de Carlos Sobera sigue dando amor
Es muy difícil mantener un programa sin realizar grandes cambios y que siga teniendo el éxito de la primera temporada. Complicado pero no imposible, al menos para “First Dates”. El programa presentado por Carlos Sobera continúa siendo tan efectivo como al principio y hay una larga lista de espera para cenar en el restaurante.
Participantes de toda España e incluso algunos con orígenes del extranjero se dan cita en una mesa de dos con la única intención de encontrar al amor de su vida. Una difícil misión para el equipo de Carlos Sobera y compañía pero no imposible, vistas los cientos de citas que llevan celebrándose en el programa.
En esta ocasión la sorpresa la trajo María, una alicantina con una afición diferente a la del resto de los mortales, al menos para la mayoría. La comensal tiene 48 años pero no los aparenta para nada, derritiendo a todo el mundo gracias a su belleza casi divina. Ella ama la belleza ante todas las cosas y tiene un truco guardado en la manga.
Para María, como ya confesaba a Carlos Sobera antes de su cita, “envejecer con dignidad es hacerlo sin arrugas”. Para cumplir con esta tarea, la concursante de “First Dates” tiene un remedio que le hace lucir una piel tersa alejada de los años que dice tener su DNI. La alicantina es una amante del bótox.
Una María que fue al programa en busca de su media naranja, aunque no es la primera vez que participa en “First Dates”. Esta vez, ella está más clara en sus exigencias para encontrar a su hombre perfecto y sólo busca una persona que tenga alma y clase, dos cualidades que considera importantes para que puedan enamorarla.