El gesto simbólico de Ilia Topuria con una rosa revela su respeto por los oponentes en UFC
Ilia Topuria, el luchador invicto que enfrentará a Alexander The Great Volkanovski en UFC 298, lleva consigo algo más que su talento para la lucha: una rosa roja durante su entrada al octágono. Este acto, que ha capturado la curiosidad de muchos aficionados, es un ritual significativo para Topuria.
La razón detrás de portar una rosa es un gesto de respeto hacia su oponente, que realiza después de cada pelea. De acuerdo con Topuria, dejar la rosa en el octágono tras el combate es su manera de honrar a su adversario, un acto que destaca por su singularidad en el mundo del MMA.
La promoción temática de la rosa de Topuria para su pelea contra Volkanovski
Esta tradición, confirmada por el propio Topuria en una entrevista con el reportero de MMA The Schmo, resalta la importancia del respeto entre competidores en este deporte. El acto de llevar y dejar una rosa simboliza una nobleza raramente vista, proyectando a Topuria no solo como un formidable competidor, sino también como un deportista con una profunda estima por sus rivales.
Además de su gesto de respeto, Ilia Topuria ha llevado el simbolismo de la rosa a otro nivel con la promoción de su pelea contra Volkanovski. En un video promocional, se le ve fijando su mirada, cargada de intensidad, en Volkanovski a través de una pantalla, mientras sostiene una rosa.
La rosa como símbolo en el MMA
Este acto de deshojar la rosa y guardar los pétalos en una caja añade una capa de profundidad y misterio a su ya intrigante ritual con la rosa. La elección de Topuria de incorporar una rosa en su ritual y promoción no solo lo distingue en el mundo del MMA, sino que también añade un elemento de arte y poesía a un deporte conocido por su dureza.
Esta dualidad de fuerza y respeto subraya una rica tradición de honor en las artes marciales, reforzando el mensaje de que incluso en la competencia más potente, agresiva y feroz, el respeto mutuo permanece como un pilar fundamental en cualquier momento.
