Una producción que marca: la excelencia del papel de Úrsula Corberó en ‘El cuerpo en llamas’ de Netflix
La atmósfera única de ‘El cuerpo en llamas’ sigue hipnotizando a los suscriptores de Netflix. Una historia basada en hechos reales que, pese a haber sucedido hace seis años, mantiene su vigencia. Las licencias creativas han dotado al relato de un atractivo especial, cautivando a la audiencia en solo ocho episodios. Sin embargo, gran parte del mérito se lo lleva la combinación actoral de Quim Gutiérrez y Úrsula Corberó.
Las complejidades de interpretar a personajes basados en hechos verídicos no disminuyen con el tiempo. Para ambos actores, representar este papel significó enfrentar dilemas éticos y morales, especialmente teniendo en cuenta la reciente naturaleza del caso. Más allá de esto, su actuación como pareja en pantalla requería de una conexión palpable, a pesar de no ser un género eminentemente romántico.
El proceso creativo: construyendo la química en pantalla
Desde el inicio, la dupla mostró una afinidad especial. Esta conexión no fue casualidad. Antes de aceptar el rol, Quim tuvo la precaución de conversarlo con Úrsula. Su relación preexistente facilitó el desarrollo de la química en pantalla, permitiendo que el público creyera en ellos como pareja. Esta familiaridad se convirtió en su as bajo la manga, especialmente en escenas más íntimas y sensibles.
‘El cuerpo en llamas’ es una serie que no escatima en escenas de carácter íntimo, especialmente entre los personajes principales. Quim y Úrsula, al conocerse de antemano, encontraron en esta cercanía un apoyo para estas tomas. Pero, no todo fue fácil. Durante una semana particular de rodaje, Gutiérrez enfrentó una bronquitis que complicó la filmación.
Anécdotas tras las cámaras: Las escenas íntimas más desafiantes
La naturalidad y complicidad entre ambos les permitió manejar con gracia situaciones incómodas, como la descrita por Quim: “Era como una imagen de sexo en la tercera edad que necesita un respirador“. Úrsula, con su característico humor, añade que a menudo las escenas, lejos de ser glamorosas, terminan siendo un verdadero desafío.
Sin duda, estos momentos no planeados dotan a la serie de una autenticidad inigualable, dejando en evidencia el compromiso y dedicación de sus protagonistas. Esta espontaneidad añade una dimensión más profunda y humana al relato. El público puede percibir, y valorar, ese esfuerzo adicional que trasciende la pantalla.