Responde a las acusaciones sobre tráfico de influencias, corrupción y apropiación indebida
Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció este miércoles ante el juez Juan Carlos Peinado por los delitos de tráfico de influencias, apropiación indebida, corrupción en los negocios e intrusismo. En esta ocasión, a diferencia de sus dos citaciones anteriores, decidió responder únicamente a las preguntas de su abogado, Antonio Camacho, durante 35 minutos. Gómez rechazó todas las acusaciones, descargando la responsabilidad en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y defendiendo su trayectoria profesional y el propósito altruista de los proyectos que lideró.
Su relación con la Universidad Complutense y el propósito de la Cátedra
En su declaración, Gómez enfatizó que su colaboración con la Complutense comenzó en 2012 y que nunca tuvo un contrato laboral con la institución, ni percibió salario por su trabajo. Recordó que su trabajo con la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social Competitiva y los másteres asociados estaba enfocado en la difusión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), iniciativas que se financiaron exclusivamente con recursos privados. Defendió que su propósito era generar impacto social positivo, como el desarrollo de un software de medición de impacto gratuito para pymes.
Gómez explicó que la creación de la Cátedra fue propuesta por el rector Joaquín Goyache en una reunión en Moncloa, argumentando que el encuentro en esa ubicación respondió a las restricciones por la pandemia. Subrayó que los recursos de la cátedra fueron gestionados de forma transparente y destinados a proyectos que favorecían a la sociedad.
Acusaciones de apropiación indebida e intrusismo
Sobre el presunto delito de apropiación indebida relacionado con el software de la Complutense, Begoña Gómez defendió que registró marcas y dominios con el objetivo de dar identidad y visibilidad a los proyectos, acciones que, según explicó, estaban dentro del marco de colaboración con la Universidad. Negó que hubiera lucrado con estas actividades y añadió que el dominio ‘transforma.org’ se registró como parte del proyecto y posteriormente quedó inactivo.
En cuanto al delito de intrusismo, negó haber redactado pliegos técnicos sin estar cualificada para ello, afirmando que siguió instrucciones de los responsables de la Complutense, quienes le pidieron firmar el documento. Además, aclaró que la plataforma tecnológica que debía desarrollarse nunca llegó a operar debido a dificultades técnicas.
Cartas de apoyo y aclaraciones sobre contrataciones
Finalmente, Begoña Gómez desmintió su participación en supuestas cartas de apoyo a empresas específicas en licitaciones públicas, afirmando que las cartas firmadas se limitaban a destacar la relevancia del proyecto en cuestión, sin favorecer a ninguna entidad en particular. También mencionó que el Ayuntamiento de Madrid rubricó modelos similares de apoyo institucional.
Con un tono firme, Gómez concluyó que la Cátedra y sus proyectos siempre buscaron aportar valor social, y lamentó que las acusaciones hayan afectado a los estudiantes, profesores y empresas que colaboraron de manera desinteresada.